24 de octubre de 2017

Otro octubre frío

Octubre suele ser el mes más lindo del año. Su temperatura ya cálida contrasta con septiembre, que suele ser bastante más fresco y lluvioso. Es octubre, sin duda, un mes peronista, de esos que vienen llenos de días peronistas.
Pero hace ya varios años que no tenemos octubres peronistas. Este año, por ejemplo, la temperatura raramente está superando los veinte grados, y 2016 y 2015 han sido bastante fríos, sin tener en cuenta las lluvias que hubo las últimas semanas, que traían tres de siete días con alguna llovizna.
Más allá de lo climático, lo que más sorprende de este mes (y sus inmediatos anteriores), es que ya no es un mes peronista. El mes que implicaba ese festejo ya tradicional, que se preparaba con varias semanas de anticipación, con grandes oradores y masas multitudinarias ya no existe.
Fragmentado en un puñado de actos (uno de ellos, el más "interesante", el de Cristina, ni siquiera fue el 17), este famoso día de la Lealtad pasó casi desapercibido, y reunió, como de costumbre, en su acto principal a lo más reaccionario del peronismo.

El valor del 17

La disolución de esta fecha y de este mes cumple con dos hechos divergentes e igualmente importantes: el ascenso inexplicable de la popularidad de Macri y el empañamiento inesperado de la figura de Cristina Kirchner.
Desde que Macri inaugura el busto a Perón junto al Momo Venegas (que sea atormentado en el infierno) y se atrevió a confrontar tan fuertemente con el peronismo (http://www.perfil.com/politica/macri-inauguro-el-monumento-a-peron-y-se-despacho-se-dicen-peronistas-y-niegan-la-pobreza-1008-0041.phtml) el significado de qué es el peronismo y quién es peronista se volvió tan indescifrable que por unos meses el ex presidente de boca se sintió un poco parte de ese legado.
Cristina, por su lado, desde que dejó el poder se dedicó a enfrentarse con sus peores enemigos: sus ex-amigos. Lo que era un congreso lleno de kirchnerismo se convirtió en un mosaico de monobloques y peronismos divergentes que surgieron del mismísimo seno del kirchnerismo. Con un estómago a prueba de todo, Cristina decidió lanzarse como candidata a pesar de las traiciones de Massa (segunda minoría peronista en el congreso), Bossio (experto en disección del peronismo legislativo), Randazzo (que se atrevió a competir con ella electoralmente) y Pichetto (que dijo: https://www.infobae.com/politica/2017/09/13/para-miguel-pichetto-cristina-kirchner-ya-esta-fuera-del-pj-y-tendra-un-bloque-propio/).
Ante un macrismo en ascenso y un kirchnerismo en descenso, las dificultades para definir quién es peronista y hasta qué punto se volvieron acertijos. Y por ello, quiénes tienen derecho a hacer su acto el 17, también.
De esta manera, el simbolismo presente en festejar la movilización popular del 17, que logró presionar a un gobierno militar y prácticamente decidir el futuro político del país, se esfuma con peleas y actos estériles, por parte de referentes sindicales que hace años ya que son empresarios.

Un triunfo sin festejo

Zamora, en su conferencia de prensa posterior a estas elecciones, dijo algo muy certero: a pesar de que Cambiemos ganó por el 50% de los votos, nadie festejó, nadie fue al obelisco a mostrar su apoyo y admiración a la candidata que arrasó. Porque, al fin y al cabo, las elecciones ya no son una fiesta cívica, no movilizan sentimientos e ideales, sólo son un método burocrático de elección de representantes, cuyos partidos llevan nombres que para nada delatan su orientación política: "Cambiemos", con su logo de remedio o calmante; "Unidad ciudadana", con los colores de la bandera, "Marea Popular", cuyos dirigentes llaman a votar al peronismo cuando las papas queman.
La representatividad de los partidos está en crisis hace mucho tiempo, y se terminó de acelerar desde hace casi diez años. Vimos surgir al kirchnerismo del peronismo más rancio, llegar a su clímax y disolverse en monobloques y convertirse en un partido del que se fueron la mitad de sus referentes. Vimos surgir al PRO, con su vacuidad discursiva, ganar imparablemente cada dos años, imponer un presidente que habla de sueños y alegría, y convertirse en la fuerza mayoritaria nacional. Vimos morir a la UCR en el 2001, y morir de nuevo al aliarse con Cambiemos en una coalición de centroderecha (que recalcó la orientación reaccionaria que el radicalismo siempre tuvo). Incluso vemos hoy que el Frente de Izquierda está llegando a un récord de votos y representación legislativa, un frente que nadie creía que durara más de cuatro años.
Unidad Ciudadana no hizo campaña. Y tiene mucho sentido: tiene al mismo candidato desde hace casi diez años, sus argumentos e ideales se van desgastando, su referente principal pelea cabeza a cabeza las bancas de la Provincia y sus militantes todavía siguen shockeados por los resultados de 2015.
A pesar de haber estado en la mayor parte de las movilizaciones populares de principio de año (24 de marzo, marchas docentes, día del trabajador), el kirchnerismo no tuvo la oportunidad de volver a cohesionarse y recuperar esa fuerza discursiva y simbólica que tan bien pudo manejar en sus mejores años.

Octubre macrista

Este es un gobierno patronal, clientelista, totalitario, está aliado con los medios, la burocracia asesina y entreguista, no tiene discurso, incumplió dos tercios de sus promesas y se escuda en las fuerzas de seguridad. Y sin embargo gana.
Pero evidentemente propone algo que la mitad de la ciudad y un tercio de la Provincia perciben como positivo. Al esquivar los debates, al hacer propagandas que hablan del "futuro", la "esperanza" y evitan hablar de economía y pobreza, al dar la mayor visibilidad posible a sus campañas represivas y sus operativos policiales, logran convencer al electorado.
Cansado de discursos largos, de medidas que beneficiaron a los sectores más vulnerables, de militancia (o al menos de militancia tradicional), el electorado ve con buenos ojos este partido que aunque no haga nada te dice que sos lo más importante, que "en todo estás vos".
Recortando presupuestos educativos, culturales y científicos a mansalva, el gobierno cuenta con la complicidad unilateral de los medios de comunicación hegemónicos y de campañas sucias por redes sociales. Así, creando opinión pública (y privada, ya que emula el sentir de sus electores o al menos eso les hace creer) y maquillando cifras en los programas de radio y TV amigos, el macrismo logró imponerse casi sin hacer campaña. Y sin nadie que lo festejara.

El otro octubre

Octubre también es el mes en el que apareció el cuerpo de Santiago Maldonado, después de 80 días de desaparecido. Es el mes en el que apareció Luciano Arruga en 2014, como NN en una morgue, después de cinco años de desaparecido. Es el mes en el que la patota de Pedraza tiroteó y mató a Mariano Ferreyra. Es el mes en el que hoy si no pagás una pizza te rompen la cabeza y te matan.
Octubre está siendo el mes más triste del año. La primavera más paradójica. Es un mes que demuestra que las estructuras políticas más firmes del siglo XX (los grandes partidos, los derechos humanos, el valor de la oratoria y la argumentación política) se desvanecen en el aire.
A pocos días de que se cumplan los cien años de la Revolución bolchevique nos encontramos con un mundo más conservador y derechizado que antes, sólo que por elección.
La democracia misma es la que nos trae todos estos problemas, nos miente descaradamente, nos hace esclavos del slogan, nos plantea elecciones dicotómicas entre representantes patronales y colectoras de partidos de derecha. Como dijo Martín Kohan, "si decimos que Macri es dictadura no advertimos lo desastrosa que puede ser la democracia".
Octubre es el mes en el que el peronismo (más allá de la opinión que nos merezca) muestra su desintegración, los derechos humanos recuerdan (sin olvidar el 18/9 de Julio López) aniversarios que quisiéramos olvidar y nos muestra en la cara lo desastroso de la democracia capitalista y patronal.
Una vez más, octubre es un mes frío. El más frío del año.

19 de enero de 2016

La cena de fin de año: qué nos comimos en las elecciones 2015

Entrada: Buenos Aires, alma de piedra
El 24 de octubre era difícil siquiera imaginarse que Mauricio Macri llegaría a ser presidente, que la persona (y el grupo de personas) que representa lo peor de la política nacional actual armaría un gabinete, manejaría policías, escuelas, hospitales, parques nacionales, transportes, energía y sueldos de millones de personas.
Luego de haber cometido excesos y actos ilegales de todo tipo y color en la Ciudad de Buenos Aires, de haberla transformado en una usina de negocios y haberle recortado presupuesto año tras año a educación y salud creó una ciudad completamente nueva, una ciudad donde los que tienen poco o nada no asumen derechos sino que perciben servicios (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-115173-2008-11-17.html, http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-121852-2009-03-20.html, http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-268230-2015-03-16.html). Creó un ciudadano pasivo y apático hasta para defender lo que le corresponde, y activo para criticar al que lo defiende; habitar, curarse, educarse, pasaron a ser otro ámbito lucrativo para diversas empresas que no sólo se beneficiaron con contratos con la Ciudad sino que -gracias a la desidia en el manejo de lo público- la desfalcaron.
La educación fue progresivamente desfinanciada (http://chequeado.com/ultimas-noticias/esteban-bullrich-se-invirtio-en-escuelas-un-50-mas-que-la-gestion-anterior/) y ello implicó dejar en el olvido obras prometidas para 2012 o 2013 (el edificio nuevo de la Rogelio Yrurtia, todavía sin noticias, el traslado de la Aída Mastrazzi a su sede original, pendiente desde hace dos años), escuelas que se caen a pedazos y falta total de nuevos proyectos edilicios. Desfinanciada y con becas ínfimas, la educación pública se ahoga en el descrédito y la mala fama y hace que los padres que poco tengan prefieran mandar a su hijo a un colegio parroquial, generalmente de cuota accesible. La educación privada, ampliamente subsidiada por la Ciudad, se benefició directamente y con creces (http://www.minutouno.com/notas/312627-ciudad-el-16-del-presupuesto-educativo-va-privados-y-solo-18-infraestructura-escolar-publica ).Mientras, para los colegios públicos, aulas container e inscripción online selectiva y defectuosa (si en diciembre y febrero no podés anotar a tu hijo a una escuela pública, ante el peligro de que pierda el año, lo anotás en una privada).
Las prepagas siguen aumentando sus clientes tanto como sus cuotas mientras los hospitales ven reducido su presupuesto año tras año. El Garrahangate de este año fue una simple muestra del desangrado constante de los nosocomios: la única razón por la que se visibilizó tanto fue que para el FPV fue una gran oportunidad de campaña (ridículo, por otra parte, porque es el mismo partido que votó a favor de dicha reducción: http://www.laizquierdadiario.com/Hospital-Garrahan-no-al-ajuste-del-macrismo-y-el-kirchnerismo). El Borda, tras años de olvido y sin gas, fue ocupado por fuerzas de seguridad que reprimieron una protesta pacífica contra la demolición de un taller de los pacientes amparada por un argumento ridículo (aparentemente la presencia de asbesto amerita este accionar: http://www.infojusnoticias.gov.ar/nacionales/a-un-ano-de-la-represion-en-el-borda-10-imagenes-para-no-olvidar-3889.html) . Esa intervención simplemente encubría el objetivo de vender los terrenos para la sede del Centro Cívico (nuevamente, avalado por el FPV: http://periodicotribuna.com.ar/14306-represion-en-el-borda-coletazos-del-pacto-pro-k.html)
La especulación inmobiliaria, mientras, fue ganando terreno. Con las viviendas sociales de la ciudad prácticamente frenadas (http://www.lanacion.com.ar/1784238-vivienda-una-pesada-herencia-que-macri-le-deja-al-proximo-gobierno-de-la-ciudad), la falta total de regulación de los alquileres y la mentira del crédito “Primera casa BA” (http://tiempo.infonews.com/nota/150646/el-pro-admitio-el-rotundo-fracaso-de-su-programa-de-creditos-para-la-vivienda), los inquilinos y los sin techo se acostumbran al abuso, el despojo y la indiferencia. Tan exagerada es la situación que se crearon la UAI (http://www.inquilinos.org.ar/) y la IA (https://www.facebook.com/inquilinos.agrupados/?fref=ts).
Pero los abusos del PRO nunca hubiera sido posible sin el aval concupiscente y solapado de la primera minoría de la Legislatura Porteña: el Frente Para la Victoria: cuando tuvo oportunidad de realizar juicios políticos o pedir explicaciones se agachó espectacularmente y dejó que las cosas fluyan (o, en algunos casos, las apoyó explícitamente como cuando negoció un paquete de veinte leyes altamente cuestionables en 2013): http://www.lapoliticaonline.com/nota/61279/, http://www.lapoliticaonline.com/nota/60338/, http://www.cronista.com/economiapolitica/Con-apoyo-opositor-Macri-ya-aprueba-un-paquete-de-20-leyes-20131108-0054.html.
Por otro lado, ya nos acostumbramos al accionar casi despótico de Macri cuando decidía vetar leyes que hasta sus propios leigisladores habían propuesto o votado: http://chequeado.com/ultimas-noticias/vidal-menos-del-5-de-las-leyes-que-se-aprueban-por-ano-son-vetadas/. Si algo aprendimos en la Ciudad es que el PRO no dio ni opciones ni respetó derechos y que para el FPV todo se puede negociar.  Y por ello no debe extrañar que hayamos cenado lo que cenamos este año que se fue.

Plato principal: Spottismo ilustrado
Lo más desesperante de la campaña fue la vacuidad de los discursos, las propuestas, las entrevistas y los spots. Todo giraba alrededor de consignas vacías, estadísticas incomprobables, propuestas imposibles y palabras bonitas que más que una postura seria desnudaba una falta total de comprensión del rol que ambos candidatos tenían para encarar el cargo al que aspiraban ocupar.
Siendo ambos millonarios y ambos empresarios que se dedicaron a vaciar empresas y/o contraer negociados turbios, pocas veces habrán conocido un colectivo por dentro, o bancarse filas en el banco, facturas abusivas o precios inflados. Siendo ambos también provenientes de la educación superior privada (en el caso de Macri, primaria y media también), son hijos de su tiempo: una era de retroceso progresivo del estado hacia los confines de la población. Ambos además están acostumbrados a un sistema judicial corrupto que los sobresee en los momentos oportunos (Macri y el contrabando y las escuchas ilegales, Scioli y el quincho ilegal incendiado).
Ambos estuvieron siempre lejos de los problemas de la gente común, se enriquecieron con el menemismo y vivieron con tranquilidad el fin de siglo, hasta que la política “los llamó” (a Scioli un poco antes: https://www.youtube.com/watch?v=ezaPayZ3zHQ). Completamente ajenos a la militancia partidaria y de la interiorización con los problemas políticos y sociales del país, se convirtieron súbitamente en conductores desideologizados que por incomprensibles razones opacaron a políticos de longa trayectoria y diversas procedencias (Leopoldo Moreau, Elisa Carrió, Alfredo Bravo, Álvaro Alsogaray, Miguel Ángel Toma, Antonio Cafiero, Eduardo Angeloz, etc.). Estos ocasos tienen su razón de ser en un cambio de era muy drástico (últimos trece años) que deglutió partidos enteros (la UCR, por ejemplo, que no superó el 10 % en ninguna de sus últimas siete elecciones, el PS y el PC, ahora son brazos del FPV, la UCD desapareció en 2009 y sus neoliberales se desperdigaron) y personalidades partidarias muy valiosas, muchas veces de referencia -más allá de acordar con sus idearios o no-. La deshistorización y despartidización de la política argentina llevó a lo que analizaremos a continuación.
El 70% de los votos estaba concentrado en tres millonarios desideologizados que predicaban por el cambio, la libertad, el futuro, la esperanza y la unión, nada nuevo ni nada aventurado (ya lo habían hecho Francisco De Narváez, Roberto Lavagna, Ricardo López Murphy y hasta Julio Cobos). El futuro del país ya estaba rifado, porque la continuidad falsa que predicaba Daniel Scioli estaba en franca contradicción con el gabinete que planeaba armar y su gestión provincial (a Karina no le creía nadie su look de nueva Evita, sobre todo considerando que estafó al Banco Provincia por una suma millonaria para financiar su fracasada empresa de perfumes).
Así que los tres competían en vacuidad discursiva, pero lo más preocupante fue la recta final hacia el ballotage, cuando realmente había que decir algo interesante: ese momento no ocurrió nunca, solo se libraron batallas terminológicas ancladas en propuestas inconcebibles dado el prontuario de ambos candidatos.
¿Qué es el spottismo? Es la compulsión que tiene un candidato a inundar su discurso con frases hechas, interpelaciones amplias, propuestas precoces u oportunistas y consignas descoloridas. El objetivo del spot es completamente apartidario: convencer a la mayor cantidad de gente, sea del partido que sea, y ello les quedaba cómodo a ambos candidatos, puesto que ninguno tuvo un compromiso partidario de larga data (los años menemistas de Scioli son solo tres menos que los kirchneristas) y lo único que les interesaba era ganar. Ambos eran lo suficientemente neutros como para decir lo mismo con distintas palabras, pero obviamente a Scioli le pesaba el lastre peronista más que a Macri, que con su blindaje mediático, su alianza utilitaria y ficticia con la UCR y el voto anti-k tenía más ventaja. Por ello la diferencia se basó no en una cuestión partidaria sino en la dicotomía cambio/continuidad, aunque ambos polos se defendieron con un discurso igualmente hueco. Para llegar a ver el spottismo con claridad hay que ver primero algunos spots:
Scioli
La retórica del deporte y del triunfo a pesar de todo es lo que inunda estos discursos, que se mezcla con otros relacionados con el pasado del país y la herencia kirchnerista. En ningún spot se lo vincula partidariamente de modo explícito y se menciona a Cristina o a Néstor en alguno aislado. Scioli hablaba de continuidad pero no de continuidad partidaria, eso siempre fue claro: él creó su propia logia y su propio credo e intentó generar una mística de líder que siempre le faltó. Es más, eligió un color y palabras propias que podrían bien designar una nueva formación política desligada o heredera del kirchnerismo. 




Macri
A pesar de tener la fortuna de contar con el apoyo de la UCR y de Carrió, ambas figuras brillan por su ausencia en toda mediación audiovisual o gráfica: lo único que indica que hay más partidos que el de Macri es la franja multicolor. Estos anuncios son un poco más hábiles: Macri no tiene lastre partidario nacional, así que se muestra con distintas personas en calidad de visitante campechano y bondadoso.




Luego, están los spots más personalizados, visitando gente con diálogos excesivamente guionados y emotivos, como si te visitara un familiar que te va a cambiar la vida, y así de forzados.


Hay dos que son polémicos:





Ambos spots son claramente invasivos y hacen florecer la impronta patronal y machista del candidato. Claramente invadiendo los espacios personales y dando cariño ficticio a niños, deja a las niñas en una posición incómoda y comprometida. Un análisis de estos spots conviene traer a colación: http://www.laizquierdadiario.com/spip.php?page=movil-nota&id_article=21129.
Contraspots
Para finalizar, dos anuncios con fines difamatorios de ambos partidos. Salieron la última semana antes del ballotage:



Para tomar: El blindaje mediático y el consenso fabricado
Algunos medios de comunicación fueron gestores de campaña. Esto nunca sorprende, ya que desde hace al menos ocho años la pelea entre los multimedios y el kirchnerismo se volvió explícita y tomó tintes casi grotescos; la Ley de Medios (hoy desestimada por decreto) fue un gran triunfo de la sociedad argentina en su conjunto (no tanto la AFSCA, que demostró claramente su desinterés en los medios independientes). Lo que sí sorprende es la asunción del rol marcadamente partidario de los medios durante octubre, noviembre y (obviamente) diciembre.
Lo más sorprendente e indignante es cómo se instaló un triunfalismo durante todo noviembre. Las encuestas dibujadas, los debates donde se daba por ganador a Macri continuamente, la sobremediatización de los candidatos y funcionarios del PRO gestaron la idea de que Cambiemos iba a ganar y tenía que ganar.
Macri ganó prácticamente de pedo el ballotage: una diferencia de solo 700.000 personas, el equivalente a un 1,5% del padrón, no hacen triunfador a nadie. El panorama actual es este (Fuentes: diario El Cronista y El Día ), nada más alejado de un gobierno con mayoría automática (y por eso no sorprenden los decretazos):

 Sin embargo los medios lo levantaron y lo levantan aún como si lo hubiera votado la inmensa mayoría, intentando dar legitimidad a sus ridículas y autoritarias acciones: http://tn.com.ar/politica/lo-que-estabamos-esperando-el-inexplicable-baile-de-macri_586038, http://tn.com.ar/politica/paso-lo-imposible-macri-es-presidente-electo-y-bailo-muy-bien_637545, http://tn.com.ar/politica/macri-euforico-desde-el-balcon-de-casa-rosada-hablo-bailo-y-termino-con-un-graciasssssssssss_641145. Habrá que repasar algunos de los epicentros de la campaña periodística:
 TN inauguró su sistema 360 casualmente con los festejos en el obelisco (una manera de decirle a los perdedores: “para los K que lo miran por TV, con alta definición y vívidamente”): http://tn.com.ar/politica/como-nunca-lo-viste-los-festejos-en-el-obelisco-en-360deg-y-con-un-drone_637687.
La Nación dedicó durante dos o tres años una contratapa que servía como portavoz de la campaña macrista -destacando sus acciones en la ciudad- con una denominación aparentemente neutral (“Buenos Aires”), donde se destacaba el periodista Mauricio Giambartolomei. También en La Nación Luis Majul bombardeaba casi semanalmente sobre las estrategias que debía seguir el candidato amarillo y lo elogiaba cada vez que podía, plagando sus “notas” (por respeto al periodismo de verdad lo pongo entre comillas) con condicionales y palabras claramente buscadas en diccionarios de sinónimos. Esto sin contar los numerosos periodistas y cronistas ocasionales conservadores de medio pelo que plagan sus páginas (Carlos Reymundo Roberts, Eduardo Fidanza, Luis Alberto Romero, Mario Vargas Llosa, etc.), obviamente dejando de lado a los periodistas más serios como Carlos Pagni. Clarín hizo lo mismo pero con los periodistas mediocres de siempre.
Periodismo Para Todos, el ariete principal del antikirchnerismo, se dedicó a cubrir íntegramente las famosas marchas nocturnas “autoconvocadas”, los cacerolazos, a generar intrigas respecto a la muerte de Nisman y la supuesta implicación de Aníbal Fernández en el crimen de General Rodríguez. El programa sirvió como tribuna de denuncias serias y bien fundamentadas solo tres o cuatro veces: cuando descubrió la conexión entre Fariña y Lázaro Báez (“ruta del dinero k”), cuando denunció los negociados de los gobernadores provinciales kirchneristas (Maurice Closs y Gildo Insfrán) y cuando descubrió la relación comercial entre Núñez Carmona, Alejandro Vandenbroele y Amado Boudou (acusados por falsificación de papeles de autos, la reestructuración trucha de la deuda de Formosa y la adquisición turbia de Ciccone Calcográfica). Pero el resto de los programas (casi el 60%) fue pescado podrido, estados de la cuestión (la trata en la Argentina), seguimiento de denuncias anteriores o puro stand up machista y chabacano. Si a todo esto le agregamos el estilo campechano sobreactuado y la postura de adalid de la verdad que caracterizan a Lanata obtenemos un programa muy poco serio, aburrido y hasta irritante, insostenible teniendo en cuenta que duró cuatro temporadas enteras.
Postre: Panqueques y vuelos de cabotaje
Macri va a gobernar para el campo, los medios dominantes y las empresas multinacionales, eso está clarísimo y ya lo comenzó a demostrar con sus decretazos y despidos. Moyano y Venegas fueron sus laderos sindicalistas y serán quienes justifiquen paso a paso sus acciones porque lo único que les interesa es conservar su kiosco gremial (y el dinero y los matones que ello implica) y mantener contentos y a raya a los trabajadores: su única inquietud durante todo 2015 fue el impuesto a las ganancias.
Pero es interesante también ver quiénes que antes lo criticaban están hoy alineados con él:
La subsecretaria de Políticas Universitarias que iba a acompañar a Juan Cruz Ávila es Danya Tavela, la referente educativa del frente Progresistas de Margarita Stolbizer: http://www.lanacion.com.ar/1850311-juan-cruz-avila-sera-el-nuevo-secretario-de-politicas-universitarias. Ávila renunció, pero ella sigue en el puesto, y comparte subsecretaría con dos hombres conservadores históricos del Radicalismo: Alberto Dibbern y Albor Cantard.
Martín Lousteau, candidato con pinta de empresario descontracturado que imitaba la postura de empresario descontracturado que caracterizaba a Macri en 2007, luego de negar constantemente sus vínculos con el PRO, hacer una campaña tibia en oposición a Larreta y no jugarse completamente a decir que iba a votar a Margarita Stolbizer (http://www.eldestapeweb.com/elecciones-2015-lousteau-confirmo-que-no-apoyara-macri-las-presidenciales-n7969, http://www.diarioregistrado.com/politica/124693-lousteau-revelo-a-quien-votara-en-las-paso-nacionales.html), terminó siendo Embajador en Estados Unidos. 
De los barones del conurbano no se sabe mucho: algunos terminaron desplazados por los rostros mediatizados de Cambiemos (Martiniano Molina, Ramiro Tagliaferro, Néstor Grindetti, etc.) y otros ganaron, manteniéndose muchos en silencio estratégico mientras ocurría todo lo que derivaría en la pérdida de la provincia de Buenos Aires: los meses que pasaron entre las PASO y el 23 de octubre. Ni Domínguez ni Fernández eran candidatos buenos, ambos eran pésimos y ninguno tenía la potestad de erigirse como el emblema del justicialismo, y ello generó una grieta que los medios y el PRO aprovecharon satisfactoriamente. Tras la derrota de Julián, a ningún barón le interesó que ganara Aníbal, lo único que querían era mantener su intendencia, y  así militaron para ellos mismos (si ello implicaba entregar boletas cortadas con su nombre en vez de la boleta completa Intendente-Fernández-Scioli, lo harían, y así lo hicieron). La única que ganó en la provincia de Buenos Aires fue la tijera: http://www.clarin.com/politica/Ustarroz-Wado_De_Pedro-Mercedes-Cambiemos-FPV-Macri_0_1454254813.html, http://www.clarin.com/politica/corte_de_boletas-Daniel_Scioli-Margarita_Stolbizer-candidatos_0_1454854559.html, http://www.losandes.com.ar/article/gano-scioli-perdio-anibal-medio-millon-de-boletas-cortadas-en-buenos-aires.
Por último, un video que demuestra hasta qué punto el kirchnerismo llegó dividido, herido y desesperanzado a las elecciones de un candidato que no querían, de un Randazzo abatido pero certero: 


Café: Matsaaruti, Pukak, Auniq
Votar en blanco fue lo que muchos kirchneristas creían (y siguen creyendo) habría sido la causa del triunfo de Cambiemos. Varios recibimos ataques y chicanas absurdas por votar por ninguno de los dos candidatos del ajuste, la Iglesia y el campo y los intereses extranjeros. Circuló por todos lados la típica imagencon el objetivo de simplificar las cuestiones y rememorar a todo el mundo que el kirchnerismo era la única opción:
También circuló esta estupidez (http://kirchnerista.blogspot.com.ar/2015/11/no-te-alcanzo.html) que pretende aunar todos estos logros bajo una ficcionalización épica del kirchnerismo, cuando en realidad todo ello fue votado en el Congreso por legisladores de varios partidos y apoyado por la inmensa mayoría de la población, sin importar banderas. El miedo a perder todo lo logrado fue manipulado vilmente para conseguir votos a un candidato que no era garantía ni de la mitad de las cosas que están en esa lista; comparto parcialmente este decálogo de errores de campaña del kirchnerismo: https://www.mariajuliaolivan.com.ar/2015/10/26/los-10-errores-de-la-campana-oficialista/.  
Para el kirchnerista medio los que votamos en blanco somos sus enemigos, porque cree que realmente queríamos que ganara la derecha, porque realmente piensa que somos tibios y que nuestros objetivos e ideas jamás se van a cumplir. Nunca dijimos que los dos eran lo mismo pero tampoco nunca dijimos que íbamos a votar al mal menor, como quisieron convencernos sus propios militantes.
Pero del mismo modo en que no creemos que haya un discurso unificado entre los simpatizantes del FPV ni que se crean todo lo que sus referentes partidarios dicen, ellos deberían darse cuenta de que las reivindicaciones del que no se sentía representado por ninguno de los dos candidatos millonarios (de hecho la "garantía de la continuidad" estuvo a punto de acompañar a Macri a Davos, y el 11 de diciembre ya estaba de su lado: http://www.lanacion.com.ar/1853330-mauricio-macri-se-reune-con-daniel-scioli-en-la-casa-rosada) son más que razonables. Ya perdimos, los dos perdimos y es hora de comprender mejor al otro, pero sin dejar de reconocer los errores, propios y partidarios.
Del mismo modo que hay fracciones e ideas entrecruzadas dentro del FPV, hay diversas posturas dentro del votante en blanco, impugnado o nulo, que a pesar de ser un 3% fue un 3% definitorio, que buscó conscientemente alejarse de las falsas polarizaciones, las estúpidas promesas y los libretos del spot. Si el kirchnerista medio desea que se entable un diálogo serio y coherente debe dejar de pensar que somos macristas encubiertos, o le va a seguir yendo muy mal. El problema del voto en blanco  (y si se quiere, del voto en sí) es similar a las trampas del lenguaje: la nieve es una sola, pero puede haber cincuenta palabras para describirla: There are 50 eskimo words for snow